Por definirlo de alguna manera: frontal. Por describirlo: directo. Por sentirlo: querible, apreciable, disfrutable, afable….
Profesionalmente: un genio.
Lo conocí alguna vez como jugador, siendo un exquisito y fundamentalmente un calentón que era capaz de hacer entrar al rival más frío, pero al final del partido un caballero.
Peleaba mal por su Ceibal, es más, formó parte de la revolución de ese equipo arraigado con el barrio capaz de mover cientos y cientos de hinchas a cualquier cancha. Tuvo en algún momento visión de dirigente pero no le siguieron el tren, quizás porque era demasiado ambicioso en sus proyectos.
Como entrenador de fútbol un estratega, analítico, pensador y también audaz.
Puedo decir, con propiedad, que lo conocí relativamente bien, incluso me llegó a dirigir como veterano en un equipo de amigos al que se integró rápidamente.
La vida quiso que tuviera tres avisos y él mismo era quien más disfrutaba contando esas experiencias. Esta vez no la pasó. Falleció Héctor «Pipo» Rodríguez, el fútbol mucho pierde pero más pierden quienes pudieron disfrutarlo como persona.
Salú campeón, salú ceibaleño, anda buscando cancha que este partido en algún lago tendrá su tercer tiempo…..
D.C.