La crecida del río Uruguay y los arroyos que cruzan nuestra ciudad, no trajo solamente la tragedia de perder hogares, pertenencias o el propio desarraigo, sino que además se constataron muchos casos de amigos de lo ajeno que aprovechando la soledad de las casas bajo agua, procedían a robar pertenencias que sus propietarios habían dejado o, hasta incluso, chapas de los techos cuando el botín no era suficiente.
A eso se suma casos como el denunciado por una mujer que debió evacuar su hogar producto de la crecida y luego de pasar penurias desde el punto de vista sentimental, finalmente estuvo en condiciones de regresar al lugar que habita desde hace años. Sin embargo se encontró con que su finca se encontraba habitada por lo que debió recurrir a la policía para denunciar el hecho ya que los usurpadores al verse en situación de riesgo, agredieron de palabra y amenazaron a los verdaderos propietarios del inmueble. Solicitaron el retiro inmediato de esas personas por justo derecho ya que hace tres décadas viven en el mismo lugar. En base a ello y por decisión judicial, investiga la seccional quinta de policía.