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El Mito y su necesidad en sociedad.

PorDaniel Caiazzo

Ene 24, 2016

columnista1(Escribe Dr. Juan Romero). No existen ni han existido sociedades que dejen de cultivar mitos, ilusiones y autoengaños, dado que producen confort y tranquilidad en lo más íntimo de sus integrantes como también el procurar responder a aquellas preguntas incomodas particularmente asociadas a los misterios del universo (cada vez más, después de nuestra galaxia las leyes de la física que conocemos ¿se cumplen?), de la vida y de la muerte o de los comportamientos imprevisibles de la naturaleza (¿cómo entender el movimiento del planeta más pequeño de nuestro sistema solar?). Por estas y otras razones precisamos de los mitos para poder caminar o peregrinar nuestra existencia terrenal. Ahora, de acuerdo a la Real Academia Española (RAE, ver: www.rae.es) mito es: 1. m. Narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. 2. m. Historia ficticia o personaje literario o artístico que encarna algún aspecto universal de la condición humana. El mito de don Juan. 3. m. Persona o cosa rodeada de extraordinaria admiración y estima. 4. m. Persona o cosa a la que se atribuyen cualidades o excelencias que no tiene. Su fortuna económica es un mito. Tales manifestaciones de esta aventura humana en los actuales tiempos parecen disminuir en aquellas sociedades más secularizadas y con mayores niveles educativos formales, pero continúan existiendo así que mayor formación no “vacuna” contra los mitos. Los mitos entonces contribuyen a dar significado a tal aventura, y no siempre quieren decir que sean exclusivamente negativos, asociados a los días más funestos de la especie humana, en definitiva crean imágenes postizas de la realidad vivida y del montaje predominante de un relato falso sobre la misma. También pueden ser muy bien recibidos los mitos, especialmente en estas épocas del año en donde los mismos relacionados a las fiestas y los rituales de pasaje de año invaden alegremente nuestras mentes, pensamientos y determinan nuestras conductas cotidianas con deseos de felicidad, prosperidad, abrazos por doquier inclusive con aquellos/as que no queremos abrazar pero los terminamos abrazando igual, ni que hablar las tediosas redes sociales con emoticons, videos, fotos y lágrimas de emoción por doquier. Pero tales conductas se expresan intensamente por medio de nuestras billeteras y bolsos de dama, sea en efectivo, débito con descuento del Iva o crédito (corre descuento también), comprando y consumiendo como si el Armagedón estuviera siendo anunciado por nuestra prensa vernácula. Consumismo a las esperanzas de un nuevo año, como si el mero pasar del minutero a la hora 0 del 1 de enero de 2016 determinará cambios estructurales en nuestras vidas, prácticamente el 100% de los seres humanos continúo viviendo como lo venía haciendo pero en fin, el 2016 será parecería de por sí cambiante, producto muy parecido a esos que venden en la TV, llame ya! Llame ya al 2016. Por otra parte, es un período del año muy interesante para el análisis social ya que es un curioso momento en donde la hipocresía de las personas alcanza momento culmines, de éxtasis, en medio de compras descontroladas, transgresiones alimentarias (sólidas y líquidas) e infantilización del comportamiento durante el mismo. Ahora, llevado el mito al campo de la política son muchos los que prosperan sea desde donde se ejerza el poder y de ello se pretende compartir la siguiente reflexión. Mito 1: la izquierda si gobierna caos en el país, en tal sentido se esgrimió como argumento y hasta solapadamente se pretende instalar desde los medios de comunicación 1 Perdón a los lectores pero no me había presentado. Sociólogo, Máster en Sociología por la USP – Brasil, Doctor (Phd) en Sociología por la UFRGS – Brasil, Posdoctorado en Desarrollo Rural – UFRRJ – Brasil. Profesor agregado UDELAR – CENUR Litoral Norte – DCS. Investigador Nivel I del SNI – ANII. hegemónicos dicha opinión, en esta línea es muy interesante observar en el reciente libro de Fernando Amado (El Club de los Millones) las relaciones entre las familias propietarias de tales medios y los políticos de la derecha. Lo que los hechos demostraron que dicho argumento se transformó en un mito, de caos muy poco, que se lo puede criticar y que no ha sido todo lo “prometido” sin lugar a dudas, pero desde el momento que se puede hacer pública la crítica evidencia el más pleno ejercicio de las libertades para hacerlo. Por otra parte el ejercicio de gobierno ha sido nacional y departamental, en el caso local si se comparan gestiones el caos fue ordenado por un gobierno progresista, desordenado por uno conservador y se verá luego de cinco años como queda la casa por parte de la actual administración progresista. Mito 2: la derecha no sabe hacer oposición y son unos pitucos, los datos indican que en la primera administración nacional del Frente Amplio en un principio falto acomodo al nuevo papel político opositor, pero a esta altura del campeonato todo lo contrario. Basta observar las campañas políticas electorales en Argentina, Brasil y Uruguay y se podrá encontrar trazos en común en sus mensajes: “Todos juntos podemos”, “unión, alegría, esperanza, paz, felicidad” uno se pregunta quién está en contra de vivir así, la cuestión es cómo llegar, la propuesta. Ante lo cual, el ejercicio opositor ha madurado en su lectura de la realidad social, política y económica pero también en el perfil de candidato que busca el electorado. Este último ha demostrado que de pituco tiene cada vez menos, está claro que entre los conciudadanos del nivel socieconómico (NSE en adelante) medio alto y alto la mayoría de ellos votan a los sectores conservadores pero también hay quienes votan al Frente Amplio, pero entre los del NSE medio bajo y bajo hay votantes de los sectores conservadores y una “leve” mayoría del Frente Amplio entonces la realidad se presenta más compleja que el mito, pero es necesario para nuestras “cabezas” que funcione así: la pituca derecha. Finalmente, precisamos confrontar y reconstruir el lado perjudicial de los mitos en nuestra sociedad, y una de las tareas urgentes e importantes de las ciencias sociales es evidenciar el lado sombrío de las ilusiones que cultivamos, uno de los caminos para mejorar la calidad de la política y del ejercicio ciudadano en nuestro país y departamento. Si se mantiene y promueve la actual estructura mitológica que nos oprime y confunde, serán muchas las dificultades para alcanzar el país que deseamos, deseos que funden en aquellos mitos colectivos que motivan caminar hacia una patria más justa, fraterna y solidaría. ¿O será también un mito aquellos de los más infelices, los más privilegiados? Y del centralismo y la descentralización?, en fin, varios mitos que caminan por ahí y forman parte de nuestra vida cotidiana sin muchos de los cuales no tendríamos de que conversar. Hasta el próximo.