(Escribe Carlos Herrmann. Periodista deportivo y Entrenador de fútbol profesional).
De aquel grato recuerdo del año 2003 cuando Salto Fútbol Club en su primera participación en la segunda división del fútbol profesional realizó una campaña memorable, finalizando muy cerca de ascender a primera. A este presente sin señales de que alguna vez pueda volver a resurgir, ya los últimos intentos liderados por Andrés Zunini hace tiempo atrás fueron desapareciendo ante la negativa de la AUF de otorgarle el cupo.
A diez años ya de la última presentación del equipo naranja en el fútbol rentado, la realidad es que difícilmente reviva Salto Fútbol Club, muchas fueron las piedras en el camino que tuvo en ese ciclo de tres años (2003-2005). El torneo Salteño cada vez más competitivo, con clubes que invierten mucho para ser campeón, esos mismos son los que mayoritariamente se opusieron al surgimiento en aquel momento de un club profesional, tendrás sus razones aunque personalmente opine que pueden complementarse bien, con un trabajo mancomunado y en conjunto aunque parezca muy soñador de mi parte esto último.
No debe ser casualidad que las tres selecciones salteñas se hayan quedado con las copas de sus respectivas categorías en la Copa Nacional de selecciones que organiza OFI, tampoco es casualidad que sigan surgiendo jugadores en nuestro medio que son figuras en el fútbol profesional, en varios casos con destacada actuación en el exterior. Todos esos factores son propios de una ciudad futbolera que por diversos motivos, podría tener un equipo profesional competitivo como lo fue en el año 2003 con un plantel mayoritariamente de jugadores salteños jóvenes. Pero con bases sólidas debería ser, volver para quedarse, con apoyo económico, con identificación de los salteños, con un proyecto deportivo e institucional a futuro.
Por algo en 2004 ya fue diferente, la mayoría de los jugadores prefirieron volver a los clubes locales y algunos por la vidriera de él fútbol profesional iniciaron su carrera a ese nivel como fueron los casos de Martín Ferrando, David Díaz y el artiguense Juan Salaverry. Estos tres casos evidencian lo que puede ofrecer un equipo profesional a los jugadores salteños, además lo que significaría para los adolescentes que se van tempranamente a la capital, no sería tan necesario si tuviésemos en Salto un club a ese nivel. Los casos concretos de Nicolás Fagúndez y Jonathan Dos Santos figuras del torneo Salteño por varias temporadas y perteneciendo a la selección salteña, demuestran que tuvieron que pasar por Tacuarembó y Cerro Largo para ser parte del profesionalismo y así iniciar una carrera, en el caso del “zurdo” actualmente jugando en el fútbol chileno, ambos bien pudieron tener si existiese un equipo profesional salteño la formación en nuestra tierra para luego emigrar.
Un poco somos soñadores y creemos que alguna vez resurgirá Salto Fútbol Club para competir en el profesionalismo, enfrentando a Nacional y Peñarol con todo lo que ello significa. Esa ilusión hoy es una utopía porque a Salto F.C lo mataron en sus últimos intentos.