Una joyita nos envió nuestro columnista Luis Bertiz para la fotografía del día, a la que le sumó el siguiente comentario:
«Estaba tirada. Los trabajadores abrían una zanja y alguno la rompió. Pasaba por allí, la vi, me la puse en el bolsillo y brotó entre mis recuerdos aquel cuento de las bellezas ocultas a la vista -cada vez más simple- de los humanos. Claro. Era una piedrita de cuatro centímetros de largo… Pero su verdadera belleza la tenía oculta, bien adentro, lejos de la mirada de los hombres. Ahora la tengo sobre la cuadernola de apuntes, en mi escritorio. ¿No es belleza pura? ¿Cuantos cientos o miles de años hace que esos cristales esperaban salir a la luz de sol? Gracias al señor albañil que, con su pala, la encontró y la puso en mi camino».