(Escribe Dr. Juan Romero).
Durante 5 años se estuvo estudiando el tema en el actual Departamento de Ciencias Sociales del CENUR Litoral Norte, a continuación los principales resultados y comentarios de nuestra parte sobre un tema no solo complejo sino altamente delicado que se inicia en la esfera privada pero repercute en lo público. Hablaremos de la principal droga de consumo, el alcohol, droga legitimada socialmente, estimulada por las empresas productoras y comercios dado el gran negocio que significa sumado a la naturalización de su práctica como parte de los rituales de iniciación de la adolescencia hacia la juventud, lo que implica no reflexionar ni adoptar una postura crítica hacia tal conducta. Al punto que uno de los rituales como es el cumpleaños de 15 para las jovencitas si no hubiere alcohol y en abundancia, la fiesta corre “riesgo”. En el joven consumidor problemático de alcohol se pueden observar las siguientes características estructurales, seis (6) de cada diez (10) son varones, tienen entre 18 y 40 años pero un 60,0% de tal grupo se concentra entre los 18 y 29 años, la mayoría de este tipo de consumidor posee un nivel educativo formal de secundaria incompleta y con relación al origen socioeconómico considerando las NBI, no se observaron grandes diferencias lo que resultaría en una situación que impacta a la sociedad local como un todo sin distinguir por grupos sociales. Se observa que de acuerdo al nivel educativo los problemas se presentarían entre aquellos con secundaria incompleta y terciaria incompleta indicando un perfil estudiantil de los mismos, teniendo presente la edad de inicio en las bebidas alcohólicas a los 15 años promedio y con tendencia a la baja. En tal sentido, los diferentes estudios a nivel internacional indican que a menor nivel educativo formal alcanzado tales tipos de comportamiento se incrementan, lo que no se estaría observando en este caso. De igual manera cuando se analiza según el nivel socioeconómico de origen del consumidor, los mayores comportamientos problemáticos estaría entre aquellos consumidores que provienen de hogares con mayores porcentajes de NBI pero para el caso local, las situaciones con mayores problemas de tales conductas estarían entre los hogares con menores problemas de NBI. Ante ello, pensamos (a modo de hipótesis) que los consumidores con mayores problemas socioeconómicos tenderían a beber bebidas alcohólicas con menor graduación y de manera contraria aquellos consumidores con menores problemas socioeconómicos, señalando una particularidad de la sociedad local. Por otra parte, no se advierte linealidad como se señala en la bibliografía especializada sobre a menor edad de inicio al consumo mayores eventos de intoxicación a medida que aumenta en años el consumidor, se observa que los mismos se inician incorporando eventos de intoxicación, especialmente desde los 15 años y manteniendo de forma intensa tales eventos hasta los 20 años aproximadamente para luego comenzar a decaer. Al considerar la situación económica y el tipo de actividad que realiza, siguiendo la línea de análisis de estudios internacionales, se observa que el tipo de actividad que desarrolla el consumidor problemático con eventos de intoxicación tiene relativa influencia dado que afecta tanto aquellos ocupados como no ocupados, entre los ocupados especialmente a quienes realizan empleos temporales y entre los no ocupados especialmente los estudiantes. Se complementó el análisis teniendo en cuenta el contexto socio familiar de los jóvenes con consumo problemático de alcohol, para lo cual se aplicó un análisis de correspondencias entre el evento de intoxicación y si en el hogar existen dos o más consumidores problemáticos. El resultado señala que se estaría en presencia de conductas problemáticas con el alcohol en diferentes grupos de edades en los cuales la influencia del entorno familiar o de amigos influye de manera diferencial, con mayor énfasis en los más jóvenes y prácticamente nulo en aquellos mayores de 30 años. Lo que plantearía estrategias de abordaje desiguales. Por último, se procuró analizar por medio de una regresión logística las probabilidades de ocurrencia del evento ausencia o presencia de intoxicación entre los consumidores problemáticos de alcohol, considerando esto se puede estimar que presentarían las mayores probabilidades de tener eventos de intoxicación alcohólica por lo menos una vez al mes aquellos consumidores de sexo masculino, estudiantes de nivel secundario o terciario, que se iniciaron a beber alcohol entre los 15 y 16 años y de origen socioeconómico de hogares con menos de 10% de NBI, pero, se agrega otro grupo de jóvenes cuyas diferencias están en que poseen menor escolaridad, es decir, primaria incompleta, trabajan a tiempo completo en empleos probablemente precarios y el hogar de origen socioeconómico se encuentra entre aquellos con más de 35% de NBI. En definitiva, se presentaría a tales tipos de conductas de intoxicación alcohólica como transversal a los diferentes grupos sociales de los jóvenes locales para quienes iniciarse a beber alcohol implica comportarse de tal forma y así integrarse al proceso de sociabilización juvenil local, no hacerlo implicar no estar en los grupos de jóvenes. Esta conducta social de los jóvenes es también una expresión no solo de socialización sino también de como el alcohol forma parte del consumo del tiempo libre o de ocio, lo que plantea como desafío a la sociedad local estrategias de entretenimiento para los jóvenes y que no sea solamente beber alcohol más allá del negocio que representa. Hasta la próxima.