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Que conste, por las dudas

PorDaniel Caiazzo

May 24, 2016

(Escribe Luis Bertiz). Leo. Bajo el título “Más de lo mismo, recorte contra el pueblo”, se subraya que “en estos días nuevos voceros del gobierno nacional ha intentado justificar la nuevas medidas que estarán aplicándose en el país con un fin recaudatorio, resultado de las falta de rubros para afrontar las obligaciones de la rendición de cuentas que llevará adelante el gobierno en materia impositiva”.

Para este articulista se trata de “anuncios equivocados” en cuanto a las previsiones económicas, pero para la inmensa mayoría de la oposición son consecuencia directa de las mentiras de la coalición de izquierda que prometió, con tal de mantenerse en el gobierno, que no habría aumento ni nuevos impuestos.

Es un detalle menor. En definitiva entre una “equivocación a propósito” y una mentira a secas, hay muy poca diferencia.

Sigo leyendo: “hoy se reconoce que de la misma forma que se ha hecho durante décadas en la vida del país, se apela a la suba de impuestos y a continuar abriendo la economía sin ton ni son a la inversión de capitales extranjeros”, los mismos capitales extranjeros -puntualizo- que para la vieja izquierda uruguaya eran poco menos que los “piratas” que se venían a robar el producto de nuestro trabajo…

En fin. Discursos que se ajustan según las necesidades y conveniencias. Hoy son otras las circunstancias, aunque son los mismos protagonistas. ¡Como han cambiado!

Paralelamente a los anuncios del ministro de Economía, Danilo Astori sobre las modificaciones tributarias y aumentos impositivos a determinadas franjas salariales, el economista, escritor, docente e investigador de la Universidad de la República, José Antonio Rocca, dijo que «está pasando lo que tenía que pasar” y que desde el gobierno “tanto negaron». 

Pero agregó además un dato por lo menos curioso porque se comprueba una vez más que los extremos se juntan y en este caso la aseveración de la ultra izquierda, coincide con las afirmaciones del resto del espectro político nacional: se está haciendo pagar nuevamente a la población y exonerando a los grandes capitales…

El Economista está seguro que la riqueza seguirá siendo intocable, así como tampoco se verán afectados los grandes capitales especulativos, y los acreedores de la deuda pública uruguaya… todos ellos acérrimos “enemigos” de un Frente Amplio que desapareció, que ya no existe y que en materia económica -como en casi todas las materias- se ubica a la derecha de la derecha.

Para mi asombro, encuentro otro artículo donde se le da la razón (algo impensable en otros tiempos) nada más ni nada menos que al Senador Luis Lacalle Pou quién en reiteradas oportunidades “se refirió a la situación económica nacional” señalando que el país “vive una situación bastante compleja debido a factores sobre los que se venía alertando desde hace bastante tiempo”, puntualizando que “ya en campaña electoral dijimos como venía el mundo, como venía el país, de su compromiso de gasto público, de su endeudamiento”.

El representante del Partido Nacional dijo que el gobierno del Frente Amplio no solo gastó mucho, sino que gastó mal”, sin dejar de mencionar el “despilfarro, y solo alcanza con mencionar como ejemplos PLUNA o ANCAP para saber cómo se malgastaron los recursos”.

Confieso que mi asombro se multiplica, porque el titular principal de la publicación señala que el ajuste fiscal golpea a las pasividades mayores a los 20.000 pesos y a los trabajadores que ganan más de 32.000 pesos, por lo cual se confirma “que el 80% de los uruguayos vive con un salario inferior a la media canasta” básica.

Para terminar, una última precisión: para elaborar esta nota no apelé a “El País”, ni “El Observador” y tampoco a “Búsqueda”. Me informé y tomé partes textuales de diversos artículos del último número del diario “La Juventud” que responde a Asamblea Popular, un sector escindido del Frente Amplio cuando éste comenzó a “derechizarse” y a aplicar “recetas neoliberales”, términos y conceptos otrora innombrables en la izquierda charrúa que después de una década de extraordinaria bonanza llevó al país al borde del abismo.

Que conste por las dudas.