Culminadas las consultas a nivel de los tres partidos con representación legislativa departamental, son más las dudas que las certezas.
Es más, si los acontecimientos siguieran el «ritual inexplicable de los últimos hechos provocados por un intendente que denunció a quienes se equivocaron», podríamos anunciar con cierta o mediana autoridad, que seguramente se daría una situación histórica: un gobierno departamental de un partido, y la mayoría en la junta de la oposición.
Esto se sustenta en situaciones concretas. Los ediles disidentes del Frente Amplio (Añasco, Pertusatti, Godoy y Beppo), han tenido diversas actitudes, Por un lado Añasco buscó un asesor legal que integró la administración colorada anterior a esta de la izquierda en su reclamo al intendente, solicitó renuncia al FA pero no habló nunca de su banca, por lo que es de suponer que Beppo y Pertusatti (de quien se dice tiene asesores en la misma línea que Añasco) sigan el mismo camino.
Godoy sale de esta situación por haberse jugado en favor del presupuesto departamental cuando en medio de la crisis, dijo defender por lo que lo habían votado.
Si partimos de esa base, para elegir un presidente se necesita mayoría simple por lo que el Partido Colorado con sus 12 votos, más tres disidentes, tendrían una mayoría relativa, siendo blancos con dos bancas jueces y partes de toda esta situación.
Si los votos del FA se dieran en una misma línea, respetando acuerdos, pero con los tres (no cuatro) disidentes con ansias de venganza, serían 13 y aún sumando los del Partido Nacional se llegaría a 15, por lo que las dos opciones serían casi imposibles.
Quienes si se han manejado con mucha inteligencia han sido los del sector Vamos Salto, que según estableció el coordinador de bancada, Alberto Villasboas, presentarán una mesa a votación integrada por dirigentes de su sector.
El Partido Nacional ha descartado que haya planteado formalmente un «triunvirato legislativo» con los tres partidos representados, pero tampoco tiene definido postura sobre el particular, por lo que a menos de un mes de un cambio de presidencia, es toda una interrogante saber como quedará conformado el gobierno departamental.
Ahora bien, si el voto que define como en tiros penal, es de la actual presidencia, póngale la firma que serán cuatro años de notable «análisis político» que parte de una denuncia de Lima que fue capaz de hacer cuando encontró que sus propios «fieles» habían sido infieles: denunciarlos.