Un merecido reconocimiento tuvieron las dos murgas legendarias del departamento, surgidas en aquél furor del 87′ cuando la cultura surgía en cada esquina, en cada club, en cada rincón con fuerza inusitada.
Seguramente los «viejos – eternos jóvenes» fundadores de Falta la Papa y de Punto y Coma, jamás imaginaron que aquél sueño de una barra de amigos llegaría a cumplir tres décadas ininterrumpidas de presencia en el carnaval salteño.
Y seguramente, en un total acierto, alguien interpretó ofrendarles y agradecerles en la Junta Departamental un homenaje a la altura de esos 30 años en donde ambas murgas pasaron por todas. Absolutamente por todas. No es nuevo que se diga que algunos años se salió con estrellas rimbombantes de éxitos consumados, pero también es cierto que muchas otras veces, se salió con lo puesto y con lo que había porque lo que nunca aceptaron las dos, fue negarse a su gente, a su hinchada, a su público.
Emotivo, sentimental, disfrutable y cien por ciento auténtico el homenaje ofrendado por el espectro político a fieles defensoras de la cultura más enquistada de nuestra sociedad.