Una increíble situación vivió en los últimos días el conocido y público Pae Richard Soto.
Mantuvo una relación de pareja con un conocido deportista del medio, con quienes vivieron hasta hace pocos días el disfrute de la compañía de uno con otro.
En ese marco el conocido deportista se había encasillado en los últimos tiempos de esa relación, a negar que la mantenía con el denunciante. Eso significó que la relación se desgastara al punto tal que durante el fin de semana el final se desencadenó abruptamente.
A gritos vivos el deportista, concurrió a la finca de Soto reclamando dinero y amenazando que si existía otro, podría llegar a pasarla mal.
Ante el pedido de retiro y denuncia de convocar a la policía, el deportista no tuvo mejor idea que publicar en el muro del denunciante una frase que decía, palabras más, palabras menos, que había concurrido al domicilio del Pae Richard Soto a agradecerle un «trabajo» y recibió la invitación a irse a cuenta de realizar denuncia policial (cosa que quedó probada no fue así).
Ante ello Soto, al sentirse no solo amenazado en su vida particular, sino agredido en su exposición pública basado en el hecho de que su credibilidad la dan más de dos décadas de trabajo comunitario, merenderos, disposición al trabajo social, procedió a realizar la denuncia correspondiente.
En ese sentido el juez actuante en la causa determinó la prohibición de acercamiento para el deportista por un período de tres meses así como la obligación, a pedido del propio denunciante, de retractarse por la misma vía, es decir en su cuenta personal de facebook.
Y este caso tiene un doble sentido absolutamente válido por el accionar judicial. Por un lado se contempla una denuncia de violencia de género, claramente constatable de quien amenazó si el denunciante recomponía una nueva relación.
Por el otro, los riesgos de realizar comentarios aventureros en facebook.
Ahora hay antecedentes y leyes que contemplan el cuidado de todos y todas las ciudadanas de este país en su libre derecho de elegir a quien amar o con quien caminar juntos en la vida.