(Escribe Prof. Regino lopez) Durante el siglo XX, se han dado en nuestra América Latina gobiernos que la historiografía llamó populismos. Estos gobiernos fueron encabezados por militares nacionalistas, vinculados a la derecha criolla de cada país.
Los militares populistas que accedían a los gobiernos eran inspirados las corrientes fascistas. Todo lo que pudieron impulsar de organización, fue siempre para defender sus hechos y sus fines. Si bien con sus acciones modernizaron sus países, esto era exigencia del propio capitalismo y de la derecha vernácula que necesitaba adaptar sus medios de producción a las nuevas realidades económicas.
Los populismos, lejos estuvieron siempre de la democracia, la participación, la libre expresión y un cúmulo de conceptos que hacen a los sistemas democráticos en que vivimos. En los discursos los líderes populistas rechazaban el capitalismo, pero en los hechos permitieron que derecha creciera y se organizara, algo imposible de pensar de otra forma ya que lo que estaban haciendo eran los mandados para el mismo capitalismo.
Lo manifestado de manera muy sucinta, parece que no se conoce por muchos políticos uruguayos representantes de las derechas locales y nacionales. En realidad, creo que, más que desconocer, es no reconocer, que esos populismos respondieron desde siempre a corrientes extremas vinculadas a posiciones ultraderechistas. En los últimos tiempos, en ese manejo del lenguaje que hace la derecha desde algunos medios informativos, han buscado darle un viraje al concepto y quieren usarlo para calificar a la izquierda como populista. Se quieren desmarcar de su propio pasado con esas posiciones, apuestan a una estrategia ya conocida, la mentira .
El populismo es la expresión de la derecha. No tiene cabida el término ni su carga conceptual en la izquierda. El estimado lector seguramente ha escuchado o visto que se ha usado el término para hablar del Frente Amplio y calificar el gobierno como populista. Afirmar o creer esas afirmaciones es querer realmente desmarcarse de lo que ellos mismos impulsaron. Demuestran pobreza conceptual y falta de códigos. El Frente Amplio es una suma de corrientes de pensamiento avanzadas, marxistas, artiguistas. El populismo es hijo de la derecha, salió de sus mismas entrañas como el nacismo, el facismo, el falangismo y otros. Es la adaptación de esas corrientes europeas a nuestras tierras.
En este siglo XXI, al no poder apostar a los populismos porque ya no tienen vigencia por los propios fines que abrazó, han creado tesis como las de la inexistencia de las ideologías de izquierda y de derecha. La apuesta a la desideologización es la búsqueda por mantenerse o recuperar el poder. Hacer parecer que somos todos iguales, que no hay diferencia entre unos u otros, es lo más actual que predica la neo derecha. Esta nueva derecha, aggiornada a estos tiempos posmodernos tiene los mismos fines, solamente que se ha pegado un lavado de cara y vaciado sus discursos.