A «Coma», como le decía yo, lo conocí militando. Aventurado. Duro. Fiel.
Lo Encontré rodando en una bici un día y me dijo: tranquilo, llego a casa. Al otro día en la feria con termo, mate y señora.
Defendiendo lo de siempre. La carcajada más grande cuando preguntaron en conferencia si en la construcción había que hacer alcoholemia.
Un tipo que vivió la vida que quería vivir y que nos dejó como quería dejarnos.
Daniel Caiazzo