El padre fue Ángel Luisi Pisano, italiano y legionario garibaldino, su madre, María Teresa Josefina Janicki, hija de polacos exiliados en Francia, se desempeñó como inspectora en un instituto educativo de la ciudad de Dijon, donde se involucró en las primeras campañas a favor del voto femenino. El matrimonio llegó a Entre Ríos, Argentina, recién casado en 1872, y en 1878 se trasladó a Paysandú, Uruguay. Allí la pareja se dedicó al magisterio con una pedagogía liberal y racionalista, valores e ideología que trasmitieron a sus seis hijas mujeres y dos hijos varones. En 1887 la familia se instaló en Montevideo
Los Luisi Janicki fueron una familia de trabajadores y educadores que se desarrolló en un ambiente de resistencia y rebeldía, de pensamiento muy liberal para la época. Todas las hijas estudiaron magisterio y algunas de ellas siguieron carreras universitarias, lo que las incluyó entre las primeras mujeres profesionales del Uruguay. Tres de las hermanas de Paulina —Luisa como poeta y pedagoga, Clotilde como abogada e Inés como médica— también tuvieron una destacada actividad profesional. Paulina estudió en el Internado Nacional de Magisterio, bajo la dirección de María Stagnero de Munar, a quien siempre reconoció como ejemplo en su formación]
Como académica y médicaEditar
Paulina Luisi fue la primera mujer uruguaya que cursó estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República. Comenzó la carrera en 1900 y se recibió en 1908] Obtuvo el título de doctora en Medicina y fue ginecóloga, docente, promotora y activista por los derechos de la mujer. En 1923 obtuvo la especialización en Dermatología y Enfermedades Venéreas en París.
Uno de los temas que despertaron la atención de Paulina Luisi desde que se graduó como médica fue la «higiene social», un área de la medicina que emergió con fuerza a comienzos del siglo xx y que refería al estudio de la influencia de ciertas condiciones sociales y laborales sobre la salud de la población, así como de las medidas sanitarias necesarias para frenar o disminuir las influencias nocivas.
En el marco de la «higiene social» predicó contra la trata de blancas, el proxenetismo y la prostitución, actividades que consideraba un comercio con el cuerpo de la mujer. En su libro Otra voz clamando en el desierto abogó por la eliminación de la reglamentación sobre prostitución, que indicaba dónde y en qué horarios podía ejercerse, así como la obligación de las prostitutas de indicar su condición con una tarjeta que además incluyera información sobre su salud venérea]
En sus trabajos entendía que la educación sexual debía ser integrada a la educación para ambos sexos, ya que una adecuada salud sexual para prevenir enfermedades venéreas era responsabilidad tanto de varones como de mujeres .En 1906 propuso a la Dirección de Instrucción Pública el primer proyecto sobre educación sexual en Uruguay.
El rasgo más marcado de la trayectoria pública de Paulina Luisi fue su internacionalismo. Representó en varias oportunidades al Gobierno uruguayo, integró las comisiones directivas de varias asociaciones internacionales feministas, participó en múltiples congresos en Europa y por la vasta red académica personal que fue forjando por más de cincuenta años.
Representó al Gobierno uruguayo en la Comisión Consultiva contra la Trata de Mujeres y Niños de la Sociedad de Naciones (1922). Entre 1924 y 1927 integró la Comisión de Expertos para el Estudio de la Trata a escala mundial a pedido de esa comisión (1924-1927), en la que fue la única representante latinoamericana. En estos años presidió la Comisión Internacional contra la Trata de Mujeres y Unidad de la Moral, de la International Woman Suffrage Alliance. En 1919 fundó, junto con el doctor Ángel Giménez, el Comité Abolicionista Argentino-Uruguayo contra la Trata de Mujeres y la Reglamentación de la Prostitución.
Desde estos cargos procuró organizar múltiples campañas contra la prostitución reglamentada en el Río de la Plata, escribir una serie de folletos sobre el tema, además de trabajos sobre enseñanza sexual y el dictado de un número importante de conferencias en América y en Europa.[13]
Integró en dos oportunidades la Comisión Directiva de la International Woman Suffrage Alliance y entre 1924 y 1932 fue vicepresidenta de la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas. A esta organización la representó en las Conferencias de Desarme celebradas en Ginebra en 1932 (también actuó como delegada del Gobierno uruguayo).
Integró y presidió también el Comité Uruguayo de la Comisión Auxiliar de Señoras de las Conferencias Panamericanas, aunque no fue su prioridad en materia de integración internacional el acercamiento a Estados Unidos.
En los años treinta formó parte del Comité de Lucha contra el Fascismo y la Guerra.
Durante la Guerra Civil española formó parte del Comité Pro-casas para el Niño de la España Leal