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Carlos III es Rey!

PorDaniel Caiazzo

May 6, 2023

Concurrieron 2.300 invitados, entre ellos Jill Biden, Luiz Inácio Lula da Silva, los reyes Felipe VI y Letizia de España, además de representantes de la sociedad civil británica.

En la suntuosa Abadía de Westminster, en el centro de Londres, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de la Iglesia de Inglaterra, colocó sobre la cabeza del monarca, de 74 años, la corona de San Eduardo. No se había utilizado desde la coronación en 1953 de su madre, fallecida en septiembre.

La multitud reunida en las calles de Londres, pese a la lluvia, estalló en gritos de júbilo.

La reina Camila fue coronada inmediatamente después.

Sentados en primera fila, los herederos de la corona, Guillermo y Catalina, de 40 y 41 años, siguieron la ceremonia religiosa, puntuada por cánticos corales, sermones y lecturas del evangelio, concebida según un fastuoso ritual prácticamente inmutable desde hace mil años.

El príncipe Enrique, hijo menor de Carlos que mantiene tensas relaciones con la familia real, se sentó discretamente junto a sus primos en la tercera fila, sin su esposa Meghan Markle, que se quedó en California con sus dos hijos.

«¡Que Dios salve al rey Carlos!», gritaron los asistentes dando inicio a la ceremonia con este reconocimiento, acompañado de una fanfarria de trompetas, después de que Carlos III y Camila, de 75 años, entraran vestidos con capas ceremoniales tras una breve procesión en carroza desde el Palacio de Buckingham.

Con la mano sobre la Biblia, el rey prestó juramento. Después, en la parte considerada más sagrada de la ceremonia, el arzobispo Welby ungió las manos, el pecho y la cabeza del monarca, oculto de la vista por una pantalla

Miles de admiradores se agolparon a lo largo del recorrido de la carroza real, para saludar a los monarcas.

«Estamos muy orgullosos de ser británicos», dijo a la AFP Phyllis Taylor, de 60 años, que viajó a Londres desde Escocia con su marido para «esta ocasión tan especial».

En su camino sin embargo, la pareja real también pasó ante las pancartas amarillas del grupo antimonárquico Republic, en que se leía «No es mi rey». Un grupo de estos activistas fue detenido cuando se preparaba para protestar.

«Detuvieron a seis de nuestros organizadores y confiscaron cientos de pancartas, no nos dicen por qué los arrestaron ni dónde los tienen», dijo a la AFP uno de los manifestantes.

Aunque el rey quiso una ceremonia más moderna y sencilla que la de su madre, en un contexto de grave crisis por el disparado coste de la vida, se utilizan tres coronas engarzadas de diamantes: una para Camila y dos para Carlos III, ya que la de San Eduardo solo se lleva en el momento preciso de la coronación.

También varios ropajes antiguos bordados con oro que el rey fue vistiendo progresivamente durante la ceremonia, tres cetros, una espada cubierta de piedras preciosas y un par de espuelas de oro.

Siguiendo las convicciones ecologistas del monarca, el óleo utilizado en la unción fue vegano, aunque consagrado como exige la tradición en la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, donde los cristianos creen que fue enterrado Jesús.

Tras la ceremonia, los monarcas, acompañados por miles de militares y miembros de la realeza, emprendieron una nueva procesión hacia el Palacio de Buckingham.

Carlos III y la reina Camila, junto a varios miembros de la familia real británica, salieron el sábado al balcón del Palacio de Buckingham para saludar a las decenas de miles de personas allí congregadas para celebrar su coronación.

Ataviados con sus coronas y trajes ceremoniales, los reyes estuvieron acompañados por el heredero al trono Guillermo y la esposa de este, Catalina, pero no estuvieron presentes el príncipe Enrique, hijo menor de Carlos III, ni su hermano Andrés, ambos retirados de la monarquía.