Salto y Paysandú (Uruguay)
Asimismo, al otro lado de la frontera con Argentina, el termalismo también conquista el territorio charrúa al noroeste del país. El país cuenta con hasta seis importantes centros termales: Arapey, Daymán, Salto Grande, San Nicanor, Guaviyú y Almirón – todos ellos ubicados en los departamentos de Salto y Paysandú, gracias a las aguas que emanan del Sistema Acuífero Guaraní, uno de los recursos hídricos más importantes del planeta debido a sus dimensiones, a la calidad y a la temperatura de las aguas.
Tal es la apuesta del país por su patrimonio termal que este año acogerá la XXI edición de Termatalia – la Feria Internacional de Turismo Termal, Salud y Bienestar –.
Riviera Maya (México)
Tanto México como la Riviera Maya en particular se han erigido como destinos wellness de primer nivel. Sumado al inconfundible abanico de playas paradisiacas – como Playa Delfines, Xpu Ha o Punta Esmeralda –, destaca también la notable apuesta que está realizando la región caribeña por el turismo de bienestar, conformando una nada desdeñable oferta de Spa.
Entre Ríos (Argentina)
Y si hablamos de termalismo, no podemos obviar esta región argentina, colindante con Uruguay, conocida por su amplia oferta de turismo termal. Tal es así que en el año 2015, la provincia de Entre Ríos fue declarada “Capital Nacional de los Circuitos Termales”, y puede presumir de hasta 16 complejos termales que reúnen a más de 125 piscinas. Destacan, dentro de esta propuesta termal, localidades como Colón, Federación – primera en construir un pozo termal – Concepción del Uruguay o Villa Elisa.
Ourense (España)
La oferta de termalismo en Ourense está considerada una de las más importantes del mundo – es uno de los puntos de Europa con mayor concentración de aguas termales –, y es que esta tradición acompaña a la ciudad desde sus orígenes. Espacios como As Burgas – una instalación termal en el corazón del Centro Histórico de Ourense –, las Termas de Outariz – que cuenta con 11 termas exteriores y 3 interiores – o las Termas de A Chavasqueira – un conjunto de pequeñas piscinas al aire libre situadas en la ribera del río Miño – son solo algunos de los lugares en los que evadirse del exterior con estas aguas a altas temperaturas.