«Álvaro Gómez dueño de una gestión cuestionada y criticada, falta a la verdad», dijo Horacio de Brum, candidato a diputado por la lista 85 , Malaquina Intendente

Con perdón de los payasos… El humor es una virtud, quizás uno de los productos más complejos del ingenio. No todos nos reímos de lo mismo, no todos tenemos el mismo humor, ni lo usamos de la misma forma.

Ayer un referente de una lista del Frente Amplio(

Aovaro Gómez, Director de Descentralización)hizo una publicación haciendo una analogía entre Marcelo Malaquina y yo, con Chasman y Chirolita. Para quienes no conocen estos personajes, se trata de ventrílocuo y muñeco respectivamente, un comediante argentino y su marioneta qué supieron arrancarnos risas durante años.

Ese dirigente es el director de descentralización de la Intendencia de Salto, titular de una gestión cuestionada y criticada públicamente por alcaldes y concejales, para empezar. Gestión qué, por lo menos, deja mucho que desear, lo vemos y oímos permanentemente en nuestras recorridas, donde la gente nos recibe, con interés y muchas necesidades para plantear.

Es muy importante para la democracia el decir la verdad, fundamentada y, de ser posible, documentada. Pueden haber mil relatos pero la verdad siempre es una sola. Hay que dejar claro que esa obra fue presupuestada para el periodo 2011 a 2015, pero como también consta en la propia rendición de cuentas que adjuntamos a esta publicación, no fue ejecutada. Por tanto, Gómez falta a la verdad.

No sorprenden los magros resultados de una gestión de alguien que desconoce aspectos fundamentales de la misma. Muchas personas han hecho del humor su profesión, entre las propuestas que promuevo, está el apoyo a los artistas. No me parece oportuno, ni acertado, querer descalificar a un adversario político a través de la comparación con un comediante, un trabajador de la cultura, con grandes logros en su carrera, que no merece más que respeto.

Mi campaña no es de ataque, no es de confrontación, no hago videos para atacar a ninguna persona, los hago para visibilizar los problemas de la gente. Qué las responsabilidades políticas y de gestión, por acción o por omisión, correspondan al gobierno departamental y provoquen conflictos en dirigentes cuyas gestiones son difíciles de defender, es otra cosa.