El 18 de julio de 1994, un vehículo cargado con 400 kilos de un explosivo compuesto por nitrato de amonio, TNT y nitroglicerina amonal se estrelló contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (#AMIA) en Buenos Aires.Este atentado, el más letal en la historia de Argentina, resultó en la muerte de 85 personas y dejó más de 300 heridos. La explosión creó un cráter de 6 metros de profundidad y causó daños materiales valorados en millones de pesos.
Las investigaciones han sido marcadas por acusaciones de corrupción, encubrimiento y manipulación política, lo que ha impedido que los responsables sean llevados ante la justicia. A lo largo de tres décadas, el caso ha estado plagado de irregularidades.30 años sin Justicia