Irán lanzó este martes un ataque con decenas de misiles contra Israel en respuesta a las recientes acciones de las fuerzas israelíes en Líbano, Gaza y otros lugares.
El ejército israelí ha bombardeado en los últimos días Beirut y otros puntos del país vecino, y sus ataques acabaron con la vida de Hassan Nasrallah y otros altos dirigentes del partido-milicia Hezbolá, aliado de Irán.
Además, este martes el ejército israelí comenzó una invasión terrestre «limitada» en suelo libanés.
El ataque iraní de este martes ha agravado el temor a una guerra abierta en Medio Oriente. Estados Unidos y Reino Unido reiteraron sus llamados a un alto el fuego que permita relajar la tensión.
Pero por ahora hay pocos motivos para la esperanza, y tanto Israel como Irán intercambian mensajes de advertencia.
Estos últimos acontecimientos son el último episodio de una vieja enemistad.
Israel e Irán llevan años enzarzados en una rivalidad sangrienta cuya intensidad fluctúa en función del momento geopolítico. Su pulso se ha convertido en una de las principales fuentes de inestabilidad en Medio Oriente.
Para Teherán, Israel es el “pequeño Satán”, aliado en Medio Oriente de Estados Unidos, al que llaman el “gran Satán”.
Israel acusa a Irán de financiar a grupos “terroristas” y de perpetrar ataques contra sus intereses movido por el antisemitismo de los ayatolás.
La rivalidad entre los “archienemigos” ha dejado una enorme cantidad de muertos, a menudo resultado de acciones encubiertas en las que ninguno de los gobiernos admite su responsabilidad.
La guerra en Gaza y Líbano no ha hecho sino empeorar las cosas.
(Fuente: BBC).