Claudia Sheinbaum ya tiene asegurado un lugar en la historia como la primera mujer presidenta de México. Pero su gobierno también será recordado según cómo lidie con distintos retos que enfrenta su país, algunos muy difíciles.
Ingeniera ambiental, Sheinbaum logró en las elecciones de junio un récord de 35,9 millones de votos (59,7% del total) como candidata de una coalición oficialista que incluye al partido Morena del mandatario saliente, Andrés Manuel López Obrador, su padrino político.
Esta exjefa de gobierno de la Ciudad de México (2018-2023) de 62 años lidera desde este 1 de octubre el país con más hispanohablantes del planeta .
Sus desafíos van mucho más allá de profundizar los logros de su predecesor, como la reducción de la pobreza en una nación donde más de un tercio de la gente aún vive en esa situación.
La violencia y el crimen organizado son temas candentes para los jefes de Estado mexicanos desde hace tiempo, pero a Sheinbaum le tocará abordarlos en un momento especial.
López Obrador, también conocido por sus iniciales de AMLO, reivindica que durante su mandato se revirtió la tendencia al alza de los homicidios en el país, cuya tasa cayó a 24 cada 100.000 habitantes en 2023, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Pero en los primeros cinco años del gobierno de AMLO se registraron 173.483 homicidios en México, de acuerdo al Inegi, más que durante los sexenios completos de sus predecesores desde 1990.
Los expertos creen que Sheinbaum tiene el desafío de reducir esas cifras y el poder de las mafias en México.
“Necesitamos una presidencia que tenga la voluntad política para tomar este tema de frente con todas sus aristas y reconocer las redes de protección desde el Estado que por años han sustentado el crimen organizado”, sostiene Sandra Ley, una profesora distinguida de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey que ha investigado la violencia criminal y su influencia en política.