Menka Gomis nació en Francia, pero decidió que su futuro está en Senegal, el país donde nacieron sus padres.
Este parisino de 39 años forma parte del creciente número de franceses de origen africano que abandonan el país por culpa del racismo, la discriminación y el nacionalismo.
BBC Africa Eye investigó este fenómeno -denominado “éxodo silencioso”– para averiguar por qué personas como Gomis están desilusionadas con la vida en Francia.
Gomis creó una pequeña agencia de viajes que ofrece paquetes, principalmente a África, dirigidos a quienes desean reencontrarse con sus raíces ancestrales, y ahora tiene una oficina en Senegal.
Nací en Francia. Crecí en Francia, y conocemos ciertas realidades. Ha habido mucho racismo. Tenía 6 años y me llamaban nigger en el colegio (un término discriminatorio para referirse a la gente de piel negra). Todos los días”, le cuenta a la BBC Gomis, quien fue a la escuela en la ciudad portuaria de Marsella, en el sur del país.
«Puede que sea francés, pero también vengo de otra parte”.
Su madre se mudó a Francia cuando él era apenas un bebé y ella no entiende su motivación para dejar a su familia y amigos e irse a Senegal.
“No me voy sólo por este sueño africano”, explica, y añade que es una mezcla de la responsabilidad que siente hacia la patria de sus padres y de las oportunidades que cree tendrá en Senegal.
“África es como las Américas en la época de… la fiebre del oro. Creo que es el continente del futuro. Es donde queda todo por construir, todo por desarrollar”, dice.
Vínculos complejos
Los vínculos entre Francia y Senegal -país mayoritariamente musulmán y antigua colonia francesa, que fue en su día un centro clave en la trata transatlántica de esclavos- son de larga data y complejos.
BBC Africa Eye habló recientemente con emigrantes en Senegal dispuestos a arriesgar sus vidas en peligrosas travesías marítimas para llegar a Europa.
Muchos de ellos acaban en Francia, donde, según la Oficina Francesa de Protección a los Refugiados y Apátridas (OFPRA), el año pasado se registró un número récord de solicitudes de asilo.
Alrededor de 142.500 personas solicitaron asilo en total y aproximadamente un tercio de todas las peticiones de protección fueron aceptadas.