El acoso sexual laboral en Uruguay es un problema que afecta a personas de todas las edades y géneros, aunque las mujeres suelen ser las más afectadas. En el ámbito laboral, se define como cualquier conducta o comentario no deseado de índole sexual que afecta el bienestar de una persona, creando un ambiente hostil, intimidante o humillante. Esta conducta puede ser ejercida por superiores, colegas o incluso clientes, y sus consecuencias van desde la incomodidad hasta graves problemas emocionales y psicológicos para la víctima.
La Ley 18.561 de Uruguay, aprobada en 2009, establece que el acoso sexual es un delito y define claramente sus alcances en el ámbito laboral. La ley contempla tanto el acoso que busca favores sexuales, conocido como «chantaje sexual», como el acoso que genera un ambiente ofensivo. Establece que los empleadores tienen la responsabilidad de proteger a sus empleados y asegurar un entorno laboral libre de acoso. Además, deben implementar políticas preventivas y procedimientos claros para denunciar este tipo de conductas.
Las denuncias pueden realizarse a través de los organismos internos de la empresa o, en caso de no recibir respuesta adecuada, ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. La legislación uruguaya protege a las víctimas, quienes tienen derecho a recibir apoyo psicológico y asesoría legal. Sin embargo, muchos casos no se denuncian debido al miedo a represalias, la desconfianza en el sistema o la falta de conocimiento sobre los procedimientos de denuncia.
El acoso sexual laboral tiene graves consecuencias en la vida de las personas, afectando su salud mental, autoestima y estabilidad laboral. La falta de denuncia también contribuye a la naturalización del acoso y a la impunidad de los agresores. Por ello, es fundamental que tanto empresas como trabajadores reciban capacitación en esta temática y fomenten una cultura laboral de respeto e igualdad. En este sentido, la concientización y la educación son clave para prevenir y combatir el acoso en el lugar de trabajo.
En los últimos años, Uruguay ha avanzado en la visibilización de esta problemática, y se han realizado campañas para informar a los trabajadores sobre sus derechos y a las empresas sobre sus obligaciones. Sin embargo, queda mucho por hacer para erradicar esta práctica y lograr que todas las personas puedan trabajar en un ambiente seguro y libre de acoso.
Una vez más se da una situación de acoso en el ámbito de intendencia de Salto,esta vez en el sector de «Espacios verdes», dependiente de la Dirección de Servicios Públicos. Una joven monotributista denunció está situación que la afecta por conductas acosadoras y abusivas de un «compañero» monotributista,según nos dicen allegado al encargado de Espacios verdes(Tony)y a uno de los Coordinadores Daniel Acosta . El joven varón de iniciales M.A habría acosado a la joven mujer en reiteradas oportunidades y ella planteó la situación. En el lugar ayer, llegó Juan Carlos Gómez y Martínez , que de verdad sería jocoso,sino fuera extremadamente serio el problema y la situación que afecta a la joven (M). Después de reunirse en Espacios Verdes , optaron que se hiciera un acta por malos entendidos, conductas reiteradas de riñas , y agresiones de parte del varón , no se estableció el Acoso como tal. Una vez más estas situaciones afectando funcionarios de tránsito intendencia y una vez más, el sindicato minimizando la situación según nos plantearon familiares de la joven. Hay que repudiar ,denunciar y actuar de forma inmediata, no amparar y no dejar al acosador en el mismo lugar que la víctima, y por supuesto no trasladar la mujer,sino al varón y proceder con el protocolo.Pero ya y de verdad Gomez,Martínez,Acosta, Furtado y Barrios. De verdad dan vergüenza!!