Todos los tiempos van marcando tiempos, algunos más rápidos y otros más lentos.
Algunos tienen diez años de construcción y otros, no todos de destrucción.
Andrés Lima fue durante dos períodos intendente de Salto por representar al Frente Amplio.
El mismo Frente Amplio que pregonó el estar en contra de la tarjeta política, los acomodos y la injusticia social.
La misma izquierda de lo colectivo, de la igualdad, de las mismas oportunidades.
Sin embargo ha sido lo más parecido a los sistemas dictatoriales extremos en los que los silencios de los medios se pagan y donde la militancia siempre fue a cuenta de trabajos públicos.
Contó con el respaldo cómplice de ADEOMS y de su socio Partido Comunista permitiendo ingresos desmedidos y carreras meteóricas como el propio presidente del sindicato: en nueve años y medio, de guardavidas a administrativo con extensión y licencias.
El «Limismo frenteamplista» soñador de ser presidente, senador, y mandamás de las historias de un Salto que nunca sintió, deberá ganarle con sus acomodos de cooperativas, terrenos, cargos, monotributo s, grados,promesas y todo lo que el frenteamplismo dice no ser, ganarle a la coalición.
Quiso ser candidato a presidente….no llegó.
Quiso ser senador….no llegó.
Quiere mantener la dinastía pero se queda sin reinado defendiendo sus «profundos intereses frenteamplistas».
El 24 es nacional y también departamental, es decirle a los especuladores mentirosos como Lima que a veces y muchas veces el pueblo se pronuncia. Y que se pronuncia se pronuncia