La historia de Papá Noel comenzó hace muchos, muchos años. Sucedió hace más de 1700 años en un pequeño pueblo no muy lejano al lugar donde vivió Jesús en Asia Menor llamado Patara. Allí vivía un niño llamado Nicolásque quedó huérfano cuando era muy pequeño, sin embargo, nunca tuvo problemas para salir adelante, sus padres eran ricos y había heredado una gran fortuna.
Al morir sus padres se trasladó a Myra, donde todas las gentes del lugar le conocían por su ser un joven muy especial, no le importaba la riqueza y fortuna de la que gozaba y jamás perdió la capacidad de ser amable con los demás. En secreto ayudaba a los pobres y a los más necesitados entre quienes repartía los muchos bienes de los que gozaba.
Un buen día supo la historia de un hombre muy desdichado y muy pobre que tenía tres hijas a las que no podía casar por no tener dinero para pagar la dote, ni tampoco podía mantener. Nicolás quiso de inmediato ayudar a aquella familia y, una noche, se envolvió en una capa y salió de su casa para llegar hasta la parte más pobre de la ciudad, donde vivía el padre con sus tres hijas. Y, sobre una ventana entreabierta, colocó su regalo: una bolsa de oro. Silenciosamente y, sin que nadie le viera, volvió a su casa.Aquel hombre pobre, no cabía en sí de alegría a la mañana siguiente… ¡podía casar a su hija mayor gracias a algún benefactor! Días después, Nicolás volvió a la casa del pobre y dejó una segunda ofrenda de oro en la ventana. A la mañana siguiente, el hombre agradeció de nuevo su suerte y pudo casar a su segunda hija. Pero desde aquella noche, se apostó cerca de la ventana para poder conocer a ese alma caritativa que tan bueno había sido con su familia. Días más tarde, Nicolás volvió a la parte pobre de la ciudad envuelto en su capa y al dejar su regalo en la ventana, el padre que siempre estaba vigilante, descubrió quién era aquel buen hombre. Pudo casar a su tercera hija y nunca se cansó de hablar de las bondades de Nicolás.
Después de esta, Nicolás ayudó a otras muchas más familias a lo largo de su vida. Convertido en un anciano de larga barba blanca siguió protegiendo con valor y decisión a los más desfavorecidos. E incluso, se cuenta que después de su muerte en el año 343 en Myra, siguió haciendo el bien a las personas en forma de milagros. Los niños nunca olvidaron a San Nicolás y, cada año en diciembre, cuando sucedió su muerte, se preguntaban si volvería para traerles regalos por la noche.
Y así es desde entonces, que el milagroso Santo Nicolás o Papá Noel o Santa Claus, da igual como le llamemos, sigue llevando regalos cada noche del 24 de diciembre a los niños.