El alcohol evidentemente que genera daños en la salud del individuo pero en algunos casos también en el bolsillo de las personas que lo consumen.
Es el caso de un hombre que se encontraba ingiriendo alcohol en un kiosco de nuestra ciudad y en cierto momento de esta insana diversión, alguien se le acerca (al que pudo identificarlo claramente), invitándolo a concurrir a una finca cercana al lugar.
La persona accede a acompañarlo y en algún momento se duerme producto de todo lo que había consumido, pero al despertar no tenía el celular de última tecnología, la suma de 2.500 pesos y un surtido que nunca llegó a destino.
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