Quienes disfrutan de una nueva Costanera Norte, a la que obviamente mucho le falta, habrán notado una nueva imagen del tradicional Ayuí.
Los árboles fueron talados en su entorno teniendo en cuenta tantas crecientes y tormentas que llevaron a la decisión.
No fueron arrancados de «cuajo» sino defendidos en su propia naturaleza en un sentido práctico de cuidado a futuro.
No deja de ser una postal distinta de recuperación de un lugar emblemático que en los últimos años había sufrido abandono.