Este país se ha caracterizado por regular en su historia prácticas ilegales. El duelo, la venganza, el sicariato y, entre otras cosas la timba.
La timba tuvo en este país historias como la riñas de gallos, el sorteo de la comisión, la carrera de perros o hasta, incluso, la taba.
Los juegos por plata son una atracción natural, todos queremos hacer plata fácil, todos queremos un mango extra.
Lo que si llama la atención es que en grupos comunitarios de servicios alguien proponga 10.000 pesos de premio a cuenta de 800 de pago.
Como si fuéramos el lejano oeste en donde vender signifique vender, legal o ilegalmente, ofreciendo premios que dudosamente tengan destino feliz.
Las escuelas debieron cambiar la rifa por «bono colaboración» como instituciones deportivas o sociales pero el mundo de hoy plantea timbearse los pocos mangos en transmisión en vivo.
Quien regula?
Quien controla?
Quien fiscaliza?
El mensaje debería ser para que se entienda que nadie hace de la nada 10000 pesos invirtiendo 800 que se terminan al fin perdiendo.
Timba clandestina en redes, un deber a fiscalizar.