Sábado a la tarde, el templo del fútbol una vez más a sido testigo de un encuentro donde amigos, compañeros, conocidos y el ‘amigo del amigo de un amigo’, que se sumó a último momento para completar el cuadro.
El equipo se ha reunido para correr tras de una pelota y procurar hacer un gol. (en algunos casos, procurar terminar el partido con las fuerzas suficientes para volver a casa)
Un tiempo donde no importa el tiempo, solo el arbitro sabe cuanto resta de partido. Minutos que pasan de alegrías, risas y despliegue de esa magia que solo el fútbol te brinda.
Son minutos donde no importa de donde vengas, tu nacionalidad, tu preferencia política o tu religión. Los problemas de la Vida, el trabajo, el mundo.. queda todo fuera esperando, contra el enrejado, a que el partido termine.
El arbitro que mira su reloj, la adrenalina sube sabiendo que falta poco. El último esfuerzo, la última jugada, donde todo se define; ganar, empatar o perder habiendo dejado hasta el último aliento.
El silbato que suena, saludos entre equipos, celebrando el gran partido desarrollado y esas imágenes que quedan grabadas en la mente. La repetición de cada jugada, aquella atajada, el gol que iba a ser y no fue..
Es en el vestuario donde me encuentro con un amigo, de esos que te cruzas en el camino de la vida, sentado, cabeza gacha, con el celular en la mano.
Todo aquello que esperaba fuera de la cancha lo vuelve a abrazar..
Bien se le puede llamar “Reflexiones de Vestuario”, vaya uno a saber.
Se que fue en ese instante donde se da un ida y vuelta de palabras
El: – Es difícil tomar decisiones Uru..
Yo: – Lo difícil no es tomar decisiones, el verdadero desafío es convivir con las decisiones que tomamos.
Aprende a convivir con las decisiones que vas tomando, mientras manifiestas la vida que deseas.
🧉Nos vemos en el camino..
martinpaique.com