Aquí voy a expresar mis reflexiones y sentimientos sobre el hecho en sí, para lo que vale plenamente el hacerlo cuando aún no han transcurrido 24 horas del mismo. Sus causas y las responsabilidades pertinentes merecen un análisis más meditado que no puede ni debe ser realizado con las reacciones de la inmediatez, que sin duda nublan la razón y quedará para más adelante.
Triunfaron la Mentira, la Hipocresía y la Mezquindad. Perdieron la Realidad, la Franqueza y la Generosidad. Son adjetivos muy fuertes que le pueden chocar a algunos. Pero los voy a tratar de demostrar con la mayor objetividad posible.
Triunfó la Mentira sobre la Realidad. El grueso de la campaña del Frente Amplio se basó en ella. Campaña que no empezó este año sino que lo hizo desde mucho antes, yo diría que desde casi antes que asumiera Luis Lacalle Pou la Presidencia. ¿Es necesario recapitular todas las mentiras que se dijeron? Desde los anuncios que se iba a destruir el gasto social, pasando por las catástrofes anunciadas si se aprobaba la LUC, siguiendo por la aseveración que este Gobierno había fracasado y tantas y tantas mentiras más…
Triunfó la Hipocresía sobre la Franqueza. O no podemos llamar hipocresía criticar al Gobierno por su falta de honestidad cuando los ejemplos en el caso del Frente Amplio son muchos más, más significativos y fueron enfrentados con mucha menor firmeza. O no podemos llamar hipocresía (por quienes no se animaron a enfrentar el tema) al reclamo de diálogo sobre la Seguridad Social (cuando no sé si hay antecedentes de una ley más dialogada que la que se aprobó) hecho por quienes gobernaron 15 años con mano de yeso. Y tantas y tantas hipocresías más…
Triunfó la Mezquindad sobre la Generosidad. Porque mezquino fue ponerse en la vereda de enfrente en la mayor crisis sanitaria en 100 años caceroleando, demandando cuarentenas, parates de la economía y rentas básicas que nos iban a hipotecar aún más además de pedir solicitar la vacuna rusa a través del Presidente Clase A de Argentina. Mezquino fue oponerse en forma sistemática a prácticamente todo lo significativo promovido por este Gobierno y no ser capaces de reconocer nada bueno en él. Mezquina fue la actitud de Daniel Martínez contra la generosa actitud de Álvaro Delgado en el momento de reconocer la derrota. Y tantas y tantas mezquindades más…
Mi sentimiento no es de Bronca, Rabia o Amargura. Es de Preocupación y Tristeza.
Preocupación. Preocupación por tener por delante un gobierno que se ha mostrado contradictorio en sus planteos durante la campaña. Preocupación por tener por delante un gobierno presidido por alguien dubitativo, sin peso específico propio, más allá de lo que realmente piensa que es algo que nadie sabe. Preocupación por tener por delante un gobierno ejercido por una fuerza político-sindical con una composición interna muy diferente a la de sus anteriores gobiernos y dominada absolutamente por ideologías que descreen de la democracia republicana y que descreen de las lecciones que dieron y dan la caída del Muro de Berlín y el mundo de hoy.
Tristeza por todo lo ya enumerado. Tristeza porque, a mi juicio, el Gobierno de Luis Lacalle Pou y la Coalición Republicana es un muy buen Gobierno. Y, al juicio de los demás, el 50% piensa que es bueno o muy bueno y solo un tercio piensa que es malo o muy malo. Tristeza por no haber logrado su ratificación para seguir adelante con el rumbo planificado. Tristeza, no tanto por el futuro personal, que cercano a los 70 años pocas cosas lo pueden afectar sino por el Uruguay todo, por el futuro colectivo donde está el futuro de hijos y nietos.
Desde mi profunda convicción democrática afirmo que nada me alegraría más que el que los próximos años me demostraran que mi visión del futuro es errada. Pero tengo la absoluta convicción de no estar equivocado.