El Ministerio de Economía y Finanzas presentó el último informe de esta administración sobre la gestión fiscal en el marco de la nueva institucionalidad fiscal implementada dese 2020. La regla fiscal cumplió su cometido de dotar de sostenibilidad a la deuda pública, reducir la prociclicidad del gasto y mejorar las cuentas fiscales. Es en ese contexto en el que debe ser evaluada y no en función del resultado fiscal de un año determinado.Junto con la aprobación de la reforma previsional, este nuevo marco fiscal, contribuyó a una mejora en la calificación de la nota crediticia del país y a una reducción del riesgo país, tal como surge del análisis de las agencias calificadoras de riesgo, con el consiguiente efecto positivo de una mayor inversión y empleo para los uruguayos. La regla fiscal logró cumplirse por cuatro años consecutivos, entre 2020 y 2023. En 2024, las metas de los primeros dos pilares no lograron alcanzarse y debió activarse la cláusula de salvaguarda en el tercer pilar por una fuerte reducción de la inflación, a partir del segundo semestre de 2023, que derivó en una merma de la recaudación de casi 1% del PIB. Esa magnitud es, justamente, lo que se desvió el resultado fiscal 2024 de las metas fiscales trazadas. No obstante, lejos de debilitar la regla fiscal, este desvío puntual y aislado la fortalece, porque obliga a una detallada rendición de cuentas sobre los desvíos ocurridos y porque no invalida que, unido a la voluntad política de esta administración por cuidar los dineros públicos, haya sido un instrumento eficaz para moderar el gasto público, mejorar las cuentas fiscales respecto a 2019 y estabilizar el cociente de deuda en relación al PIB.los contribuyentes de menores ingresos. Por ende, si no se hubiera implementado el alivio tributario, igualmente se hubiera generado el desvío fiscal acontecido en 2024, por cuanto se hubiera planificado un mayor gasto ese año.
Finalmente, el informe recuerda que la política fiscal debe evaluarse también en función de los resultados sociales y económicos que se logran. La administración ha logrado avances significativos en sostener el nivel de actividad, incrementar de forma importante el nivel de empleo, bajar la inflación (la contracara del desvío fiscal 2024), aumentar el ingreso de los hogares y reducir la pobreza desde los niveles máximos en 2020, a través de las mejoras en el mercado laboral e importantes transferencias de recursos a los hogares más vulnerables de la sociedad. Todo ello indica que la gestión fiscal, como corresponde, ha estado orientada hacia el bienestar de la población.
En síntesis, esta administración deja el legado de un nuevo macro fiscal, resultados económicos concretos y una gestión fiscal que permitió superar el impacto adverso de acontecimientos externos importantes para concluir en una situación que permitirá al nuevo gobierno iniciar su gestión sin apremios de orden financiero.